El marketing en el punto de venta juega un papel fundamental a la hora de incrementar los beneficios obtenidos. Esto se debe a que mediante sofisticadas estrategias de marketing, se pueden conseguir resultados nunca imaginados.
El secreto está en definir cuidadosamente los objetivos que se deseen alcanzar. Estos deberán ser realistas y simples. Es mejor ir paso a paso, que plantearse metas imposibles de alcanzar.
El marketing en el punto de venta tiene el poder de ser capaz de llamar la atención de los individuos en el momento clave, el momento antes de que la compra se efectúe. Las tácticas llevadas a cabo pueden servir como un simple recordatorio o como un modo de captar la atención de los consumidores. ¿Para qué necesita una marca captar la atención? Porque solo de este modo podrá dar el paso siguiente y traspasar la barrera de percepción. El objetivo final es el de ganarse un hueco en la memoria del individuo, asegurándose que estará en una posición preferente en el momento en que la decisión de compra sea tomada.
Las tácticas de marketing en el punto de venta son numerosas, destacando entre ellas las siguientes: pantallas de publicidad dinámica, reparto de muestras y material promocional, relaciones públicas que aconsejen a los posibles compradores.
Gracias a todas estas acciones, las marcas pueden incrementar su notoriedad y fidelizar a los consumidores. Para que dicha fidelización sea posible, será necesario que el producto o servicio vendido supere las expectativas del consumidor; de modo que éste no querrá probar lo que las marcas competidores le ofrecen.