Cada vez es mayor el número de empresarios que optan por las estrategias Below the Line. Se trata de una manera innovadora de hacer publicidad.
La creatividad se ve plasmada en un concepto cuyo propósito es el de establecer una relación con los receptores y ganarse su confianza. Ya no hablamos de segmentación como en la publicidad convencional, en esta forma de publicidad el destinatario no se reduce a público objetivo.
Además, el protagonismo está reservado para los destinatarios, la marca queda en un segundo plano y esto hace que la publicidad sea más creativa y atractiva ante los ojos de la sociedad. Como consumidores que todos somos, sabemos que nos gusta conversar con las marcas pero no nos conformamos con recibir un monólogo frío. Buscamos vivir experiencias y las compañías son las que nos la proporcionarán.
La publicidad creativa es mucho más compleja de lo que parece a simple vista. Cuando la campaña esté planteada y ejecutada del modo adecuado el resultado será una expresión simple y clara, no olvidemos el principio básico “menos es más”.
Es imprescindible destacar que esta forma de publicidad debe ser complementada con acciones en medios convencionales. Pues el inconveniente que supone no poder segmentar hace necesario el uso de una multitud de canales. Las pantallas y la publicidad dinámica pueden retransmitir en distintos puntos la innovadora acción que se está llevando a cabo. Esto hará que quienes contemplen la emisión se sientan parte del acontecimiento, a la vez que se incrementa la notoriedad de marca.
A pesar de todo, las experiencias vividas como resultado de una exposición repentina y creativa a la marca fortalecerán el vínculo de pertenencia y convertirán a los receptores en prescriptores de marca. De este modo conseguiremos incrementar los beneficios, renovando y mejorando la imagen de marca.