Muchas veces las personas que tienen una tienda física se preguntan por qué la gente que pasa por delante del negocio no entran o por qué nadie se fija en su escaparate. No cabe duda de que estos vendedores están teniendo problemas con su empresa y que sus ingresos se están viendo perjudicados. La realidad es que su presencia no es lo suficientemente fuerte como para llamar la atención sobre sus potenciales clientes, por lo que no logran marcar la diferencia con respecto a la competencia.
Si realmente queremos que nuestro negocio tenga la suficiente presencia como para atraer a las personas que pasan por la calle, debemos pensar en cómo nos gustaría que fuera nuestra empresa. O lo que es lo mismo, cómo sería nuestra empresa si nuestros clientes tuvieran la oportunidad de diseñarla ellos mismos.
Dentro de una estrategia de captación de clientes en el punto de venta, lo primero que debemos hacer es informar de quiénes somos y mostrarles que estamos preparados para atenderles y para dar respuesta a sus necesidades. Seguro que en la calle principal de tu ciudad sabes reconocer perfectamente las tiendas de las grandes marcas. Aunque para una pyme puede parecer demasiado complicado que los clientes la reconozcan por su imagen, no lo es tanto y este debe ser el objetivo por el que nos guiemos, especialmente si contamos con varias tiendas en distintas ubicaciones.
El diseño exterior de una tienda es lo primero que ve el consumidor, la primera impresión que se lleva, por lo que se trata de nuestra carta de presentación, que debe ir acorde con el producto o servicio que ofrecemos y con la filosofía que queremos transmitir. Esta filosofía será el encargada de apelar a las emociones del cliente y conseguir que desee adquirir nuestro producto. Además, es importante que nuestro escaparate nos haga diferenciarnos de la competencia. En este sentido, las luces, los colores y los medios audiovisuales permiten al negocio comunicarse constantemente con el cliente y estimular su deseo de compra.
Así pues, es imposible comunicarnos con nuestros potenciales clientes si no tocamos sus emociones y le generamos confianza . El cliente debe irse convencido de que ha comprado lo que venía buscando y tener la seguridad de que la empresa le ayudará si tiene algún problema con su compra. Cuanto más feliz esté con la empresa, más rentable será para nosotros.
Por tanto, la clave de toda estrategia de captación de clientes es crear zonas calientes en el punto de venta para que el cliente se sienta bien en todos los sentidos, ya sea puntuales o permanentes. De lo contrario, asociará las malas experiencias como pueden ser la música demasiado alta o la calefacción muy baja a nuestra empresa. De la misma manera que todos tenemos un bar al que vamos habitualmente por las emociones que nos transmite. Reglas que pueden aplicarse a cualquier tipo de negocio. La diversidad de negocios es enorme, pero las reglas para captar clientes son siempre las mismas.