Los empresarios recurren a la publicidad en el punto de venta con el propósito de emitir mensajes publicitarios de interés. Sin embargo, cabe destacar que estos mensajes no se adaptan siempre a las necesidades de los individuos, sino que a veces son simples anuncios que no cumplen el objetivo correcto.
Pero, ¿cuál es el objetivo que la publicidad en el punto de venta debe cumplir? ¡El de informar al consumidor acerca de los beneficios y cualidades que el producto o servicio anunciado tiene! Se trata del momento adecuado para resaltar todas las ventajas que el uso de dicho producto supone. Pero además, se trata de un momento único que las marcas tienen a su alcance para intentar ganar un nuevo cliente o devolver un cliente que está a punto de decidir probar el producto competidor.
Por medio de la publicidad en el punto de venta, los empresarios deben acercase al consumidor para explicarle por qué su producto es el que mejor se adapta a las necesidades que se tienen. Además, es conveniente transmitir las ventajas que el consumo del bien lleva asociadas. En este paso hay que ser objetivo y transmitir la verdad. Pues de nada sirve invertir recursos en ganar consumidores que no necesitan este producto y que, al no estar satisfechos tras el consumo, no volverán a repetir la compra.
Es por ello por lo que hay que centrarse en los consumidores que encuentran el precio ofrecido atractivo y necesitan un producto con las cualidades concretas que nosotros anunciamos. Al fin y al cabo, se trata de un momento en el que el individuo busca desesperadamente ayuda, evitando cometer un error e intentando maximizar su felicidad.
Para ayudar a los posibles compradores, se aconseja recurrir a las pantallas publicitarias interactivas, puesto que éstas ofrecen mensajes que pueden ser fácilmente modificados y adaptados a las necesidades de cada receptor. Además, al consumir un mensaje de este tipo, el individuo siente que tiene el poder de consumir la publicidad que desea, siendo un filtro entre la marca emisora y sus expectativas.