Con motivo del último Black Friday nos ha parecido interesante hablar de la relación entre esta táctica comercial y cómo se implementa en los centros comerciales.
Está claro que es una forma de acercarse a los clientes, pero también de hacer ver a sus usuarios que la forma en la que trabajan ya no es igual a la de hace algunos años, cuando eran moles inmensas que poco tenían que ver con lo que son hoy en día.
Si bien cada vez son más establecimientos y negocios los que se suben al carro de esta tendencia norteamericana, el motivo con el que lo realizan es doble: por un lado, vender más esos días y por otro, lograr que el usuario se fidelice. Para el sector retail, el Black Friday es una fecha importante, pero tal vez no se esté aprovechando como se deba. Y es que el Black Friday es una gran oportunidad para mostrar a los clientes cómo el retail se actualiza y reconvierte.
Por suerte para el sector, el concepto de comercios que había hasta hoy está cambiando, y está dando paso a conceptos nuevos e innovadores en muchos casos.
Una cosa similar está sucediendo con los centros comerciales, que ya no buscan ser igual que otros para que se sepan reconocer sus distintos espacios, sino que lo que están intentando es señalarse y diferenciarse del resto de su competencia. Cada vez más, los centros comerciales tratan de aumentar y diversificar su oferta. Si bien hace unos años incluían en su oferta tiendas comerciales, alguna sala de cine y poco más, hoy en día podemos encontrar en ellos una amplia cartera de actividades lúdicas: tiendas cada vez más personales, restaurantes y bares que apuestan por la diferenciación en su oferta y en su diseño y ocio, locales que alejándose de la típica sala de cine, tratan de ofrecer experiencias diferentes como escape rooms o jumping halls.
Gracias a la llegada del Black Friday a nuestro país los clásicos centros comerciales ya no son tan clásicos, y además, cuentan con argumentos interesantes para convencer y vencer, para hacer que el usuario no sea comprador de un día, sino que tengan al centro comercial como punto de referencia para pasar una tarde cualquiera.
Según estudios independientes tanto el Black Friday como el Cyber Monday del año 2017 hizo que la asistencia de clientes a los centros comerciales durante el mes de noviembre, aumentara en casi un 2%, algo muy positivo si pensamos que con este incremento salían de una tendencia descendente. Durante el año 2018, la asistencia ha disminuído en un 0,5%, datos rotos solamente con rebajas en días concretos.
Sin lugar a dudas, es muy necesario un nuevo modelo de negocio para el sector del centro comercial, que necesita que el usuario y cliente sienta que es un lugar en el que puede hacer más cosas que realizar sus compras o, si le apetece, ver una buena película. Tiene que tener la suficiente capacidad como para mostrar el centro comercial como un espacio en el que puede vivir experiencias agradables y, sobre todo, al que puede volver siempre, porque siempre encontrará algo nuevo que hacer.