La compra no es un acto aislado, sino un proceso que comienza cuando el distribuidor decido que necesita un producto y que no finaliza con la compra, sino que se extiende en el tiempo, motivando nuevas compras del mismo producto.
Para conseguir que los consumidores vuelvan a nuestro negocio es indispensable llevar a cabo un proceso de personalización en el que ubica en el centro de toda la estrategia el consumidor.
Para ello, es importante que tengamos claro las 4R del Retail o del marketing en el punto de venta, dirigidas al consumidor.
– Relevancia. El consumidor debe sentir que él es un elemento central para conseguir el crecimiento de nuestro negocio.
– Relaciones. Debemos transmitir nuestros deseos de establecer relaciones a largo plazo con nuestros clientes.
– Recompensa. Es importante que el cliente se sienta premiado de alguna manera por elegir nuestro negocio.
– Reducción de gastos. Es evidente que un buen precio seduce al cliente, pero sobretodo la facilidad de compra y la comodidad de un buen servicio post-venta. Lo que se conoce como el cose psíquico.
Todos estos factores consiguen que la experiencia de compra sea satisfactoria y ganamos la confianza absoluta del cliente.