Todos sabemos que las marcas comunican incluso cuando están calladas. Esto se debe a que todo lo que una marca realiza es percibido y valorado por parte de los clientes, de manera que la imagen de marca se fortalece o deteriora.
Para mejorar la imagen de marca, las compañías deben centrar su estrategia en la transparencia y la comunicación, tanto con los actuales como con los potenciales consumidores. Para realizarlo, se aconseja la incorporación de ideas creativas a las campañas en el punto de venta, que consigan captar la atención de los individuos y establecer una conversación bidireccional.
Una estrategia cada vez más común es la contratación de las pantallas publicitarias en el punto de venta. Se trata de un soporte audiovisual que permite al usuario seleccionar el contenido que mejor se adapte a sus necesidades e intereses. Además, gracias a las pantallas interactivas, el usuario es capaz de proporcionar sus feedback constructivo, sintiendo que su opinión está siendo oída y valorada. Pero esto no es todo, las pantallas publicitarias consiguen trasladar al receptor a un mundo en el que él es el protagonista, potenciando de esta manera la experiencia con la marca.
Lo interesante de este tipo de estrategias es que la imagen de marca puede ser mejorada gracias a la recopilación de información acerca de las quejas y sugerencias que los individuos a menudo quieren lanzar, pero para las que encuentran difícilmente el soporte.
Otro efecto positivo de este tipo de campañas es que, tras sentirse escuchado, el individuo suele esperar una respuesta o mejora por parte de la marca. En el caso de que perciba un tipo de cambio, dejará de sentir el deseo de compartir su mala experiencia o sus quejas en los social media. Y es que en la actualidad, muchas personas encuentran en la red la posibilidad de compartir su opinión con el propósito de sentirse escuchado y evitar que otras personas realicen una compra errónea que no les hará felices.