El actual consumidor es muy exigente, desconforme con gran parte de los mensajes publicitarios que le llegan a diario y cada vez menos fiel a las marcas.
Esto hace imprescindible el diseño de un plan de marketing enfocado hacia la fidelización. Sin embargo, antes de que el consumidor sea fidelizado es necesario que consigamos que adquiera nuestro producto. ¿De qué modo?
Pues bien, debemos convertir a nuestro producto en una oferta apetecible para los cinco sentidos del posible comprador, lo trasladaremos a un lugar único en el que si adquiere el producto podrá vivir una experiencia inolvidable.
En el punto de venta captaremos su atención gracias a las pantallas de publicidad dinámica, a través de las cuales le enviaremos mensajes creativos y atractivos. Dichos mensajes estarán enfocados hacia la emotividad u objetividad, según el producto que vayamos a comercializar. Aunque es cierto que no podemos olvidar que debemos tener fundamentos sólidos que justifiquen lo que decimos y nos posicionen en la mente de los receptores como responsables y sinceros.
El producto o servicio que se adquiere hará que en el momento del consumo el individuo se sienta especial y viva una experiencia inolvidable (que debe ser siempre positiva); si a esto añadimos una experiencia positiva en el punto de venta incrementaremos la fidelidad y haremos que el consumidor se sienta contento, por lo tanto predispuesto a adquirir lo que le ofrecemos.
Debemos ser creativos y sorprender con acciones innovadoras, en las que puedan interactuar todos los individuos que visiten el punto de venta. Se aconsejan las pantallas táctiles a través de las cuales se podrá resolver un enigma u obtener un cupón descuento, entre otras. De esta manera no solo incrementaremos los beneficios y las adquisiciones, sino que conseguiremos que los clientes vuelvan a nuestro establecimiento siempre que puedan.