La geolocalización presenta una gran ventaja, no invadiremos el espacio personal del usuario siempre y cuando facilitemos su vida y le ahorremos tiempo.
Ésta es la razón por la que los mensajes publicitarios enviados no son concebidos como molestos. Hay numerosas aplicaciones en las que podremos inscribir nuestro negocio para incrementar de este modo los beneficios.
Estas aplicaciones basan su funcionamiento en la geolocalización, el usuario inicia sesión y según su actual localización, encuentra diversas ofertas de ocio y diversión. Además, a menudo se trata de cupones descuento que captan su atención y hacen que visite el local anunciado para probar la oferta.
Según el informe Mobile Life 2012, realizado por TNS, la penetración del móvil es del 92%. Esto hace que nos planteemos la siguiente pregunta ¿por qué no buscar al consumidor e invitarle a probar nuestro producto o servicio en el momento en el que lo necesite?
Imaginemos que nos encontramos en el centro de la ciudad, después de haber estado todo el día visitando los monumentos, y ahora tenemos hambre pero no sabemos dónde ir. ¿Qué nos parecería abrir la aplicación y encontrarnos con la oferta de un restaurante que se encuentra a tan solo cincuenta metros de ahí? ¿Y si además el servicio que nos ofrecen fuese exquisito?
Como bien sabemos, la geolocalización es utilizada por todo tipo de negocios, la creatividad está muy bien aceptada y si somos el único local de determinado sector no es malo, al contrario, ser el primero puede tener su premio.
Pero no debemos olvidarnos de la publicidad en el punto de venta. Si atraemos al consumidor a nuestra tienda y no le ofrecemos un servicio satisfactorio, o no encuentra el producto que buscaba, podríamos perder futuros clientes. Pues las malas experiencias, así como las buenas, son compartidas con el resto de la sociedad.
Si tenemos una tienda de maquillaje y ofrecemos descuento en un determinado producto, es muy probable que consigamos que los usuarios interesados visiten el local. Sin embargo, si no hay expertos que aconsejen a las clientas sobre el tono que le vendría mejor, o no disponemos de displays que logren incrementar la interactividad y fomentar la compra, lo más seguro es que estemos perdiendo el tiempo e invirtiendo nuestro dinero en otras opciones que no resultan tan rentables.