El comercio electrónico continúa en aumento. En los últimos años las compras online ha experimentado un crecimiento muy significativo y cada vez es más fácil adquirir cualquier producto o servicio a través de la red. Lo cual está muy relacionado con la comodidad y el ahorro de tiempo que supone el no tener que desplazarse hasta la tienda física.
No obstante, aunque los supermercados se han unido también a esta tendencia, ha podido comprobarse como la compra que el consumidor realiza en Internet es mucho menos impulsiva. Y si el cliente desea comprar algo fuera de lo habitual que no suele estar incluido en su lista cada mes, suele hacerlo en el pequeño comercio de barrio que le queda más cerca. Por este motivo, los supermercados se encuentran actualmente en plena búsqueda de estrategias que les permitan motivar a los consumidores a desplazarse hasta el establecimiento. Lo que requiere de una mejora en la experiencia de compra si realmente se quiere tener éxito.
Sorprendiendo al cliente
Hace ya algún tiempo que los supermercados han comenzado a sumar servicios y espacios a sus establecimientos con el objetivo de mejorar la experiencia de compra y que los consumidoras prefieran acudir al establecimiento en lugar de realizar la compra a través de Internet. Y lo cierto es que el supermercado ha resultado ser un entorno ideal para crear experiencias vivenciales, ya que hay muchas condiciones que pueden ser controladas por la marca. Se trata de lugares cerrados en los que es posible regular la luz, la temperatura, el sonido… y donde puede aplicarse la tecnología, pues los consumidores van predispuestos a ser sorprendidos por las marcas para que las elijan.
En este sentido, muchas marcas están apostando por la realidad aumentada para crear experiencias inmersivas que aporten valor añadido a la experiencia de compra. De esta forma, se involucra al cliente con la marca y es posible lograr un aumento de las ventas.
Algunos ejemplos de realidad aumentada en el supermercado
Cuando el cliente va al supermercado, cada vez recibe más información. Pero en lugar de optar por el tradicional portaprecios, podemos instalar un display digital que ofrezca información sobre el producto: calorías, lugar de procedencia, ingredientes, etc. Pero también son muy útiles los códigos QR en la etiqueta del producto tanto para brindarle información como para sugerirle formas de utilizar el producto. Una estrategia que requiere de una inversión mínima, pero que reporta grande beneficios.
Por otro lado, también debemos destacar los hologramas que pueden hacer que el lanzamiento y la promoción de un nuevo producto resulten mucho más atractivos. En base a la creatividad del mensaje, conseguiremos mayor o menor implicación del cliente con la marca. De esta forma, aprovechar la tecnología puede resultar no solamente rentable para el supermercado, sino también atractivo y lúdico para el cliente. Se trata de sorprender al cliente, divertirlo y renovar su vínculo con la marca y con el punto de venta para que acuda cada vez con más ganas y se quede allí el mayor tiempo posible.