La cantidad de consumidores que realizan sus compras a través de pantallas digitales ha aumentado considerablemente en los últimos años. Concretamente se ha pasado de un 24% a un 54%, lo que supone que aquellos que no las usan, por vez primera, son una minoría frente a los que si lo hacen. Entre los productos que más solicitan este tipo de consumidores se encuentran los establecimientos de comida a domicilio. Pero no solamente utilizan estos dispositivos cada vez más, sino que además, casi el 90% admite tener una experiencia positiva y el 96% afirma que repetiría.
El hecho de que los consumidores estén más familiarizados con las pantallas digitales y que las utilicen habitualmente hace que podamos aprovechar este elemento para ofrecer una mejor experiencia dentro del punto de venta, establecer una conexión emocional más profunda con ellos y fidelizarlos. El 66% de los usuarios ha usado alguna vez una pantalla digital.
Por ejemplo, en aquellos negocios en los que no hay suficientes dependientes para ofrecer una atención personalizada, la mayor parte de los consumidores afirma que utilizaría pantallas táctiles para obtener información sobre los productos de la tienda, aclarar dudas, consultar el catálogo completo y completar las adquisiciones de los productos. Información que puede resultar muy útil a la hora de influir en la decisión de compra de los consumidores. Pero también para generar interacción o animar a buscar más detalles sobre los productos o servicios en los que el usuario está interesado.
De hecho, una de las cosas que más valoran los consumidores es que el escaparate sea digital o que la tienda ofrezca un catálogo interactivo. Pero incluso van más allá, pues demandan la posibilidad de poder comprar lo que quieren desde una pantalla táctil en el establecimiento en el caso de que el producto no se encuentre en stock. Así pues, gracias a las nuevas tecnologías, podemos atraer a una mayor número de usuarios hasta nuestra tienda física. Encontrando el equilibrio ideal entre lo mejor del mundo online y del mundo offline.
Todo ello encaja perfectamente dentro de los hábitos de consumo actuales. El mundo online y offline están dejando ser mundos independientes y a difuminar los límites que hasta hace poco los separaban. Y es que cada vez son más los consumidores que empiezan el proceso de compra en Internet y terminan acudiendo a la tienda para finalizarlo y al contrario. Los que prueban los productos en la tienda física y terminan comprándolos en Internet. Una experiencia omnicanal que las tiendas físicas deben empezar a ofrecer para seguir siendo competitivas.