La Transformación digital implica el uso de tecnologías digitales para crear innovaciones comerciales revolucionarias que modifican considerablemente las industrias existentes o crean otras completamente nuevas. Se habla mucho de Spotify o de Uber, empresas que han renovado por completo el sector. En el caso de Spotify, su plataforma ha hecho que los medios físicos para escuchar música se vuelvan prácticamente irrelevantes, y con Uber o incluso Cabify, la tecnología ha modificado sustancialmente la forma que tenemos de movernos de un sitio a otro. En ambos casos, la industria a la que pertenecen las empresas ha sido afectada considerablemente.
Pero el Retail aún tiene una cosa que simplemente no puede cambiar, la transferencia de bienes físicos a un consumidor. No puedes (todavía) digitalizar un chaleco, o un televisor. Tampoco se puede digitalizar la comida.
Esta es la mayor diferencia entre los minoristas cuando se trata de la transformación digital, y también el mayor inconveniente que impide a los minoristas pensar que la transformación digital no les beneficia tanto como en otros sectores.
Por desgracia para el sector del retail, la transformación digital les afectará de igual forma que la música en streaming ha afectado a las ventas de las tiendas de discos. Si observamos cómo los consumidores compran sus productos, casi todas las fases del viaje de compra de los usuarios se digitalizan, menos el acto de realizar la compra en sí y llevársela a casa, la transferencia física de bienes. Debemos tener en consideración que las tiendas están diseñadas para ofrecer una experiencia de compra integral, donde el minorista tiene la mayor parte de la información del producto dentro de la misma tienda, pero que vivimos un momento en el que los consumidores ya no necesitan esa experiencia. Por ese motivo, no es sorprendente que las visitas de la tienda disminuyan y las ventas del retail estén sufriendo un importante revés.
Pero es mucho más que eso: esos problemas son problemas superficiales, síntomas de un problema bastante más profundo, que es todo el modelo minorista para empezar. El retail siempre se ha centrado en el producto, en nada más. La base fundamental sobre la que se asienta el comercio minorista está en transferir productos de un proveedor o fábrica a un consumidor. Para tener éxito en ese modelo, los minoristas deben ser muy buenos en todos las etapas del proceso de compra.
Por la necesidad del usuario de digitalizar cada proceso, es fundamental que las tiendas incorporen medios tecnológicos que le permita hacer dos cosas al mismo tiempo, satisfacer su necesidad y gozar de la experiencia de comprar en físico, aunque se informen a través de Internet.
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