El siglo XXI se ha inaugurado con la revolución digital y la entrada de internet en todos los aspectos de nuestra vida cotidiana. Ha cambiado la manera de relacionarnos con las personas y con los objetos. Las redes sociales y los blogs personales han dado voz y voto al consumidor, y el marketing ha tenido que actualizar sus estrategias.
El consumidor es el rey y ya no acepta dictaduras de las empresas, el monólogo de las marcas, la comunicación unidireccional. Ahora el consumidor puede decir lo que quiere y lo que le gusta. Desde que hay blogs y redes sociales hay diálogo, y es el momento de escuchar qué quiere el consumidor, responder coherentemente, emitir mensajes que nos diferencien de la competencia.
Es en este nuevo escenario cuando el packaging se ha convertido en la base de la comunicación de muchas marcas. Y con él nueva formas publicitarias vinculadas a las nuevas tecnologías de la comunicación como es, por ejemplo, incluir un código QR en el envase del producto que permita llevar al usuario a el universo de información y comunicación al que está acostumbrado.
La interactividad es tendencia en el marketing del punto de venta y en la publicidad en general. Para el comunicólogo Javier Puche la gran tendencia es justamente la interactividad: “las marcas, y por tanto sus packs, no sólo hablan, sin que cuentan historias, hechos relevantes para el consumidor y, sobretodo, también escuchan”.
Así mismo as tendencias en diseño de packaging también van vinculadas a esta interactividad como modo de diferenciación. Tanto el sector del branding y del packaging repite una consigna clara para los próximos años: innovar, aportar valor, diferenciarse o morir.